Okupación

No puedes fiarte ni de tu mejor amiga: al borde de dormir en la calle por culpa de la inquiokupación

bajada de tipos, BCE, vivienda
  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

La inquiokupación sigue sumando víctimas en España y dejando en la calle a propietarios que, a pesar de tener una casa en propiedad, no pueden acceder a ella.

Este es el caso de Jacqueline Guillén, una mujer de 36 años que, a pesar de seguir pagando la hipoteca de su piso en Madrid, se encuentra sin hogar y con la única opción de dormir en el sofá de una amiga.

Su pesadilla comenzó cuando decidió alquilar su local reconvertido en vivienda a una amiga, Petronila B., a quien quiso ayudar en un momento difícil.

Sin embargo, lo que comenzó como un gesto de solidaridad se convirtió en una auténtica pesadilla judicial que la ha dejado en una situación límite.

Según ha relatado a ABC, las consecuencias están siendo fatales. Jacqueline padece una grave urticaria nerviosa, ha perdido seis kilos de masa muscular y depende de antidepresivos y ansiolíticos para poder sobrellevar su día a día.

Su mejor amiga se convirtió en su inquiokupa

Todo comenzó en agosto de 2021, cuando Jacqueline, que entonces vivía en Londres, decidió alquilar su vivienda a Petronila y a otra amiga.

Durante los primeros años, aunque los pagos no siempre llegaban a tiempo, la relación entre ellas se mantuvo cordial y sin grandes incidentes.

Por desgracia, la situación cambió en 2024, cuando Petronila se quedó sola en el piso tras la marcha de su compañera.

Al principio, manifestó su intención de mudarse, pero poco después decidió quedarse y empadronó a su hijo en España para solicitar diversas ayudas.

El verdadero problema surgió cuando Jacqueline perdió su trabajo en Londres y regresó a Madrid. Necesitaba hacer uso de su casa e incluso contactó con un agente inmobiliario para ayudar a Petronila.

Sin embargo, la respuesta de la inquilina fue tajante: se negaba a marcharse hasta que finalizara su contrato en agosto de 2025. Todo sería correcto si no fuera por un pequeño detalle.

Pese a que Jacqueline afirma que Petronila le confesó que ganaba más de 3.000 euros mensuales, ella lleva meses sin pagar correctamente el alquiler y los suministros.

Esto le ha llevado a deber más de 4.400 euros entre suministros y alquiler. El arrendamiento mensual de la vivienda tiene un importe de 950 euros mensuales.

La tragedia de la inquiokupación: así ha conseguido que no la echen

El gran error de Jacqueline fue confiar en la buena voluntad de su amiga, por lo que el año pasado le renovó el contrato, pero con una nueva clausula: por cada día de retraso debería pagar una compensación.

Desde entonces, los pagos no se han realizado nunca correctamente y lo único que ha recibido son excusas de su amiga.

Por ejemplo, Petronila afirmó que su hija estaba enferma y que no podía ir al cajero a pagar. Sin embargo, nunca realizó el ingreso y terminó bloqueando a la propietaria.

Las amenazas de una inquiokupa contra la dueña de la casa

Lo peor de todo son las amenazas que ha sufrido Jacqueline. El pasado 21 de diciembre le notificó oficialmente su intención de recuperar la vivienda. La respuesta fue desgarradora:

«Los okupas no pagan. Mantengo mi postura de continuar en la casa. Tenemos contrato hasta el 9 de agosto de 2025. Entonces, te entregaré las llaves», contestó Petronila.

Además, ha amenazado a la propietaria con denunciarla ante los servicios sociales, alegando que la vivienda tiene humedades.

No obstante, Jacqueline ha asegurado que invirtió 5.000 euros en un deshumidificador, pero Petronila lo apagó y dejó las ventanas abiertas para que apareciera moho en las paredes.

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